

Programa Patagónico
CEEP

1998: Viaje de Estudio Interdisciplinario
(junto a las IV Jornadas Patagónicas)
Tras habernos salteado un año sin realizar esta actividad específica, el PIGPP volvió a organizar un viaje de estudio, pero esta vez extendiéndolo a otras Facultades de la Universidad y a un grupo de “fieles patagónicos” o “público cautivo” extra-universitario (en su mayoría adultos mayores), que ya comenzaba a participar activamente en todas las actividades que el PIGPP realizaba. La interdisciplinariedad se manifestó especialmente con un grupo nutrido de estudiantes de Ciencias Agrarias, Ingeniería Civil e Ingeniería Ambiental (con este último, la relación sería muy fecunda en los años posteriores). En esta oportunidad, la novedad estuvo dada por la cantidad de personas que participó del viaje –más de 250 distribuidas en cinco ómnibus-, pero fundamentalmente porque este viaje formó parte de las IVº Jornadas Patagónicas organizadas en Trevelin, Chubut.
Este viaje multitudinario que recorrió la Patagonia Norte, junto a las propias Jornadas (ver aparte), se convirtió en una inolvidable experiencia de organización y conducción para los integrantes del PIGPP. En efecto, desde la llegada a una localidad y hasta la partida hacia la siguiente, se requería un gran esfuerzo de coordinación para alojar a los 250 viajeros, distribuirlos en diversos hoteles, hosterías o establecimientos improvisados para la ocasión (escuelas, cuarteles militares, etc.); trasladarlas a los lugares de comida (a veces también improvisados para la ocasión), volver a distribuirlas para realizar las visitas guiadas (plantas industriales, chacras, museos, represas, visitas turísticas, etc.) y, además, estar constantemente dispuestos a subsanar errores e infortunios, requerimientos y necesidades de los viajeros, de los choferes de los micros, de los anfitriones y hasta de los mismos integrantes del PIGPP.
A la enumeración anterior, debe agregarse la propia organización de las Jornadas, que incluían previsiones y arreglos para los oradores (viajes, alojamientos, comida, etc.) y al público local que se sumaba a los que llegaban desde Buenos Aires. Si bien algunas ciudades patagónicas estaban acostumbradas a recibir grandes contingentes de turistas (como Bariloche o Puerto Madryn), hubo muchas pequeñas localidades y sus instituciones que se veían revolucionadas con la llegada de los cinco micros y el enjambre de porteños que desembarcaban sedientos de conocimiento y de aprendizaje que esta hermosa región les podía ofrecer. Tal el caso, por ejemplo, de El Maitén y su estación de La Trochita, que parecía haber vuelto a su esplendor con tanta gente agolpada en el andén, emulando las estaciones ferroviarias del conurbano bonaerense en las denominadas “horas-pico”.
En números, este viaje con cinco micros y 250 personas, comprendió el arribo a una decena de localidades patagónicas y unas 25 visitas guiadas. Así, los intensos diez días que abarcó la combinación “Viaje + IV Jornadas”, dio como resultado la satisfacción de haber organizado una actividad casi épica, condimentada con una innumerable cantidad de anécdotas (serias, cómicas y tragicómicas), aprendizajes y experiencias, muchas de las cuales fueron retratadas por corresponsales enviados por el diario La Nación y diversos periódicos regionales. Tras esta actividad, el PIGPP ya no volvió a ser el mismo. La palabra “imposible” parecía des terrada de nuestro vocabulario profesional.


Facundo Fariña un veterano, que arrastraba ya en ese momento a la nueva leva de integrantes del PIGPP; Delfina Camusso, Luís Antonioli, Connie Ghio, Augusto Cervo.
Las cascadas Nant Fall una de las bellezas paisajísticas de Trevelin.
La Trochita, un paseo infaltable para los que viajan al Sur del Colorado.